En condiciones normales, la gestación de una perra dura de 60 a 63 días, pero si las crías son grandes, este periodo puede acortarse. El embarazo se manifiesta por el abultamiento o hinchazón del abdomen, así como por el crecimiento de las mamas y los pezones, que se hacen más grandes y rosados. Estos síntomas son más evidentes en las hembras primerizas.
Durante las primeras seis semanas es aconsejable no aumentar la cantidad de comida, así como no incorporar suplementos nutricionales, como vitaminas y minerales, ya que se puede estimular el desarrollo exagerado de los cachorros y ocasionar problemas en el parto.
A partir del mes y medio de gestación se debe suministrar un alimento con mayor contenido de nutrientes y energía. Conviene distribuirlo en varias raciones al día, ya que el aumento del tamaño del útero no permite la ingestión de grandes cantidades de alimento al estómago. El tipo de alimentación debe ser recomendada por el veterinario, ya que es quien conoce mejor a nuestra mascota, y quien va a acompañar y a supervisar su maternidad.
A Pesar de que en muchas ocasiones las perras se las arreglan solas a la hora del parto, es conveniente vigilar que todo vaya bien, e incluso que alguien en el que confíe plenamente la mascota esté presente, para prestar ayuda en caso de ser .
Cuando la hora se acerca, la hembra se muestra inquieta, busca un lugar tranquilo y poco iluminado.
Entre un nacimiento y otro transcurre un periodo de 20 minutos aproximadamente
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